viernes, 17 de noviembre de 2017

El silencio y las ganas de gritar

Qué poder decir o escribir, que traspase una pantalla, llegue a un corazón perdido de este ciber mundo y encontrar esperanza?
Ya para 8 meses del ser único en mi vida y que me ha querido de verdad, sin matices, sin cortinas de humo, tal como soy, como ángel y demonio. Y no le veo la gracia a la vida, así de claro. No es que piense en morirme, que no estaría mal, pero no de mi mano,ni hablar. Quiero el paquete completo de viaje. Un viaje con todo pagado, con mis tres peludos, al lugar donde están todos y cada uno de los seres que yo he querido en mi vida, con intensidad, con desgarro, con ganas y sin ganas, los que se quieren y no se olvidan. De cuatro patas incluidos, porque yo un cielo sin ellos, para mi no lo sería. 
Trabajar duro, en la esclavitud del siglo XXI, y cobrar un tercio de lo que cobraba en el 2005, manda huevos!!!!!
Orando todo el dia, con mi Jesús, que me ayude a que arranque el coche, que tenga fuerzas para un trabajo tan duro como mal visto, limpiadora en la mitad de mi vida, hacerlo bien y que no te quedas en plantilla, otra reducción... lloro, grito, o sinceramente miro al cielo.
Sé que hay gente que se alegra con mi pesar, y el fondo de mi, se rebela y dice ....espera ....espera que alguna vez te tocará a ti...pero no es así. Con Dios o sin Dios tenemos ese terrible código de barras, que marca nuestras decisiones, nuestros deseos cumplidos e incumplidos, y si ...categóricamente volvería a hacer lo mismo, la cuidaría, la querría más, la respetaria mas, y la abrazaría cada segundo. Y el resto del mundo a tomar por culo de nuevo.
Porque hay decisiones que van con el amor, intenso, con mucho apego, y muchas ganas que sea eterno. 
Y por hoy hasta la próxima, que espero y se que sera pronto me voy con un bizcocho, que a las 6 tengo que limpiar y ser invisible.