miércoles, 10 de julio de 2013

El silencio del mar

Ayer sentada en la orilla, me perdí en mi mediterráneo, recordé cuando recorría descalza esas mismas arenas blancas, sin peligro y ahora llena de unas piedras que han traído sabe Dios desde que costa, para intentar que el mar no reclame lo que es suyo, su lugar, el lugar que le arrebatamos con construcciones dentro de su control, y ese agua vuelve de nuevo y se come costa. Eso es lo que han hecho en Gibraltar, quieren hacer una especie de Venecia marina, a costa de nuestro litoral, siguen comiendo terreno al mar, pero el sigue reclamándolo, sigue con su envite constante, ola a ola,con paciencia, y por mas arena que los ayuntamientos quieran traer de donde sea, no pueden con él,no pueden con la naturaleza que silenciosa, nos advierte lo que hacemos, los vertidos, la matanza de su rica flora, de sus especies protegidas para ser masacradas, no dice nada, calla de momento, de vez en cuento nos sorprende con un tsunami, con un maremoto, con lluvias torrenciales y no esperadas, con ríos desbordados, pero nosotros seguimos sordos a su silencio, ese silencio que nos avisa, que la vida vino del mar, que al principio todo era mar, luego se construyeron los continentes, luego nos poblaron, pero la vida sigue residiendo allí, en sus entrañas, en sus algas, en su interior aun no descubierto, nos fuimos a la luna, luego iremos a Marte, pero el fondo del mar hay fallas tan profundas y pobladas de especies tan desconocidas como los propios alienigenas, esta noche cuando mire las estrellas, mirare mi mar, y veré como se refleja la luna en sus aguas, como las fuerzas de las mareas, nos atrae con magia, y no sabemos por qué, solo que el día menos pensado este silencio del mar, será estruendoso.

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